Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices
Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios. Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida
Incluso cuando Dios parece guardar silencio ante la opresión, la injusticia o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es invocado
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él
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