Hay muchas promesas de Dios para nosotros sus hijos, aunque queramos que esas promesas se cumplan cuando nosotros queremos y que se hagan en nuestro tiempo, nos olvidamos que somos instrumento de Dios y que El nos utilizara en su plan perfecto; probablemente veamos esas promesas o quizás no, pero lo que si es seguro es que somos parte de ellas y estas se cumplirán en el tiempo de Dios
En algunas ocasiones podremos decir y cuestionar a Dios, ¿Por qué me pasa esto a mi?, ¿Por qué esto?, ¿Por qué lo otro?; y decimos en algunas ocasiones: “no entiendo a Dios”, pero nuestra mente es tan pequeña comparada con la del Señor, no intente comprender a Dios, solo confié en que El hará lo correcto, lo que te conviene, El tiene un plan perfecto para todos.
Hay algo muy importante que no debemos perder de vista y es que si bien el Señor nos protege y tiene promesas para nosotros, es necesario e importante que hagamos nuestra parte, por eso nos dice “...Esfuérzate y se valiente”, no es que solo estaremos de brazos cruzados esperando que nos caigan las cosas del cielo.
Dios nunca se olvida de ti ....
Es que a veces buscamos culpables en la vida y
rápido encontramos un responsable ...
No inculpemos a Dios cuando vosotros mismos nos
encargamos de alejarnos de el
Es muy curioso cómo nos comportamos los seres humanos: Cuando las cosas no van bien es cuando más buscamos a Dios. Corremos con desesperación hacia Él cuando estamos sufriendo dificultades.
Pero cuando todo nos va bien nos olvidamos de Él. Cuando las cosas salen como esperábamos nuestra confianza aumenta y sentimos que estamos en control.
Nos parece que podemos despegarnos un momento de su mano y divagar por allí a ver qué hay de nuevo.
¡Nunca te olvides de dónde te rescató Dios!
El pueblo de Israel tenía ese problema: se olvidaba de dónde Dios los había sacado, por eso Dios les ordenaba:
Somos olvidadizos, Dios lo sabe y Él nos recuerda con Su Palabra que no olvidemos de dónde Él nos rescató.
En este día toma un momento para estar con tu Dios, búscale con todo tu corazón y revive aquel día cuando Él vino a tu encuentro.
"Confía en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios. Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor; así todos verán con claridad que tú eres justo y recto". Salmos 37: 3-6 (BLS).
Sientes que tu clamor no ha sido escuchado y que ya es demasiado tarde para remediar la
situación que ahora enfrentas; has orado y nada; la respuesta no viene y aparentemente las
esperanzas están totalmente perdidas. Pero una vez más, Dios te recuerda que a lo largo de
tu vida, es Él quien te ha venido abriendo caminos donde tu creías que ya no había posibilidades;
y que así como lo hizo en el pasado, también lo puede hacer actualmente, no porque
lo merezcas sino por su pura misericordia.
Dios es capaz de mover circunstancias naturales o personales, aunque en este momento no
entiendas por qué suceden; es capaz de hacer cambios radicales y favorables que te permitan
avanzar en contra de toda especulación. Es Dios quien te abre caminos donde no los hay.
Todo lo que está sucediendo hoy es para que aprendas a depender de Él, aunque las esperanzas
estén totalmente perdidas, aunque haya expirado el plazo que te diste para la solución
de tu problema; mientras tanto no reniegues, no temas ante lo que pueda venir, pues
al final comprenderás que todo es para tu bien.
Ignora las voces de todos aquellos que quieren desmotivarte, que quieren destruir tu fe,
que te aseguran hoy que todo está perdido, que ya no hay nada más que hacer.
Pon en las manos de Dios todas las áreas de tu vida, si lo haces, las adversidades no te afectarán,
porque Su presencia continua estará velando y obrando a tu favor. Nada sucederá
por casualidad, todo tendrá un propósito. Dios tiene una forma de actuar, muy distinta a la
nuestra, como así también tiene su propio tiempo, Su poder es capaz de operar profundas
transformaciones aún más allá de nuestra lógica.
Así es, aunque todo parezca terminar contigo y por el momento no vislumbres ninguna
perspectiva, espera y soporta todo aquello que parezca demoledor para tus ilusiones. Tu
situación cambiará, no como la imaginaste, sino mucho mejor.
Para Dios, el tiempo es imprescindible para que puedas desarrollar: fe, templanza, paciencia
y capacidades, para que tengas la firme convicción de que sin Él no podrás ir a ninguna
parte, ni hacer absolutamente nada. Nunca es tarde, aún cuando veas que el tiempo pasa y
no hay respuesta.
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