No hay nada que pueda explicarnos cómo funciona el amor, esa montaña rusa de emociones en la que participan dos personas distintas. Aun así, en todas las historias de amor hay momentos buenos y momentos malos, y en otras nos olvidamos de los buenos haciendo que nos olvidemos de lo que un día sentimos por esa persona tan especial. Quizá porque nos acostumbramos o porque no sabemos valorarlo una vez que lo tenemos, o simplemente porque somos incompatibles a pesar de seguir enamorados.
En esta bonita historia, un hombre le pide el divorcio a su mujer. Ella accede, pero con una condición, que queden el resto de días del mes para que la abrace donde ella diga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario